La interpretación del patrimonio y su relación con el turismo

¿Cómo afecta el turismo al patrimonio? ¿Cómo matiza la interpretación el impacto del turismo?

Las relaciones entre la interpretación del patrimonio y el turismo resultan bastante evidentes, sobre todo si el turista enriquece su experiencia personal merced a un buen comportamiento del lugar que visita, y el emisor, con una buena comunicación, mejora la calidad de su producto.

En este sentido y en relación con el patrimonio, el turismo puede ser abordado desde dos puntos de vista bien diferenciados:

• De una parte, la cultura, que lo define como actividad de relación entre personas, ambientes o pueblos, inspirada principalmente en el conocimiento, acercamiento e intercambio cultural.
• De otra parte, la económica que lo define como propiamente una industria.  En esta segunda aproximación, los objetivos son más bien económicos, o como mucho, sociales si se considera su papel en el mercado laboral.

Por tanto queda muy evidente que el turismo se sustenta en la explotación de recursos renovables, inagotables teóricamente para el proceso de producción que termina con la presentación y venta del producto final.  Por este motivo, se convirtiendo en una actividad depredadora más de los recursos naturales y culturales.

Es lógico pensar que en la relación entre turismo e interpretación se puedan acabar corrompiendo los ideales de esta última, respecto a que el turismo es un arma de doble filo con respecto a la conservación del patrimonio.

Muchos promotores turísticos ven los parques ya sean arqueológicos, naturales, etcétera, cómo puras atracciones no muy diferentes de los centros comerciales o la vida nocturna de las grandes ciudades.

Sin embargo, son ciertos los argumentos de algunos autores que sostienen que el interés turístico en muchos tipos de interpretación posee ventajas tales como la inyección de recursos, la creación de nuevas e interesantes posibilidades y la aceptabilidad política al asociar la interpretación a una industria muy beneficiosa.

Del turismo emana nuevas fórmulas y nuevos ambientes a desarrollar. En este sentido vale la pena mencionar el ecoturismo y el turismo rural, auténticos dinamizadores económicos de muchas de las regiones rurales. Tanto uno como el otro pueden irse de las manos de quienes lo gestionan, lo cual crea un gran dilema en el que hay cuatro sectores implicados en dicha trama:

• En primer lugar, aquellos que ven posibilidades en el ecoturismo y en el turismo rural.
• En segundo lugar, aquellos que solo ven obstáculos.
• En tercer lugar, el usuario, definido como el ecoturista, el turista rural o el turista cultural sin olvidar en ningún caso a la población del lugar.
• En cuarto lugar, las personas que reciben el impacto de esas modalidades de turismo -positivo y negativo-, proveedores o habitantes locales.

Una buena interpretación y difusión puede ayudar a controlar el impacto del turismo, contribuyendo a potenciar los aspectos positivos y limando los aspectos negativos, siempre y cuando se planifique de forma conveniente,. de esta manera se puede tener un control sobre un patrimonio francamente frágil y vulnerable, a pesar de cierta falta de libertad para los visitantes.

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