Ordinatione Exorcistarum: posición de los participantes
En todo acto ceremonial la posición de los participantes tiene una especial sentido. Veamos cuál es en la ordenación de exorcistas
San Francisco de Borja y el moribundo impenitente Francisco de Goya, Catedral de Valencia |
Orar de rodillas
“Arrodíllanse todos con velas en las manos[1] delante del señor Obispo”. De Ordinatione Exorcistarum.
- Daniel ora de rodillas, desde el destierro (Daniel 6:11).
- Los hermanos de José, en Egipto, se postran ante él con sentimientos de culpabilidad y respeto (Génesis 42:6).
- Los 24 ancianos del Apocalipsis se postran en actitud humilde y adorante ante el que está sentado en el trono (Apocalipsis 4:10).
- Jesús ora de rodillas en la agonía del huerto (Lucas 22:41)[3].
La oración del huerto, El Greco. 1605 Iglesia de Santa María la Mayor de Andújar, Jaén |
En los primeros siglos no parece que fuera usual entre los cristianos el orar de rodillas. El Concilio de Nicea lo prohibió explícitamente para los domingos y para todo el Tiempo Pascual, reservándose para los días penitenciales. A partir de los siglos XIII-XIV, la postura se convirtió en la más usual para la oración[4].
En relación al Obispo, Sacerdote Presidente[5]
“Canta en pie la tercera colecta, y sentado lee por el libro la lección tercera”. De Ordinatione Exorcistarum.
El sermón de la montaña, Carl Heinrich Bloch, (1877) The Museum National History Frederiksborg Castle (Dinamarca) |
Por el contrario, estar de pie imprime una nobleza propia y característica del ser humano sobre la mayoría de los animales. Tradicionalmente, ha sido la postura de oración más clásica, tanto para los judíos como para los cristianos de los primeros siglos. Y es que, en efecto, reúne en sí una serie de valores y significados que la hacen la más coherente para expresar la identidad de un cristiano en oración ante Dios, no solo por mostrar respeto hacia una dignidad, o la corresponsabilidad, sino que para el cristiano es un signo de su libertad, como redimido por Cristo. Se entiende así la prohibición existente en los primeros siglos del cristianismo de arrodillarse para la oración comunitaria los domingos o durante todo el Tiempo Pascual, puesto que tomaban en serio su condición de partícipes de la Resurrección de Cristo[6].
NOTAS
[1] Notése en esta apreciación la importancia de la luz, puesto que los que van a recibir la ordenación, no solo se muestran humildes arrodillándose, sino que buscan la iluminación ante una posible desorientación portando velas.
[2] ALDAZÁBAL, José: Gestos y símbolos. Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2003. p. 116.
[3] Ibídem. p. 117.
[4] Ibíd. p. 156.
[5] Nótese la etimología de la palabra presidente: prae-sedere (el que se sienta delante).
[6] ALDAZÁBAL, José: Gestos..., Op.Cit. pp. 115-116.
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