Ordenatione Exorcistarum: Vistiendo exorcistas

La indumentaria del Ordenamiento a exorcistas

San Francisco de Borja y el moribundo impenitente
Francisco de Goya, Catedral de Valencia
           Hasta el momento hemos visto los gestos y símbolos litúrgicos en el Ordenamiento así como la posición de los diferentes actores que participan de la ordenación de exorcistas, de modo que es hora de pasar al siguiente punto de interés, la indumentaria que se emplea en el ritual.

Como punto de partida hay que señalar que las vestiduras son signos visibles de un carácter, de un poder o de unas prerrogativas específicas que confieren dignidad a los ministros y a la función que llevan a cabo, en consonancia a la diferenciación de desempeños en los oficios. Esta diversidad se manifiesta en el desarrollo del culto por la multiplicidad de las vestiduras sagradas y la distinción propia del oficio desempeñado[1]. Del mismo modo, tampoco hay que perder de vista que estas prendas son elementos que ayudan al fiel a entender el misterio que se celebra en la misa y ocasión especial que supone una ruptura con la vida normal para cualquier creyente[2].

No obstante, y a pesar de la estricta reglamentación existente y conocida por todos en lo que a esta cuestión se refiere, todo apunta a que en los primeros siglos del cristianismo los ministros no prestaron demasiada atención a la diferenciación de vestidos[3]. Este asunto se mantuvo durante bastante tiempo, y creó no pocos conflictos entre los que introducían vestidos especiales y aquellos que mantenían que la distinción había que hacerla por la doctrina y la conducta y no por el vestido o el hábito[4].

          Sea como fuere, poco a poco, las prendas litúrgicas fueron adquiriendo una identidad propia manteniendo la túnica clásica[5]. Fue ya a partir del siglo IX que se sacralizó formalmente la vestimenta litúrgica, buscando un sentido alegórico, en donde cada prenda adquiría un sentido moral, como referencia a los episodios evangélicos, bendiciendo tales ornamentos y dotando la acción de colocarse estas prendas con oraciones particulares[6].

1. El alba

            Como se puede deducir de su denominación, el alba era una vestidura blanca y larga que deriva de una prenda muy similar que usaban los dignatarios del Imperio Romano[7]. En la Iglesia primitiva fue vestidura de lino, propia de los adultos recién bautizados en la vigilia pascual. Antes de entrar en la piscina bautismal se desprendían del vestido viejo y, una vez bautizados, se revestían con una túnica nueva, larga, de lino blanco[8]. El alba con su blancura representa la santidad de Dios[9].

2. La mitra

La mitra es un gorro que usan los obispos y abades desde el siglo X. Está formado por dos trozos de tela acartonada cosidos o pegados por los costados, y abierto en la parte superior[10]. Simboliza una corona, pero una corona espiritual. Por eso no es de metal, sino de tela. No tiene la dureza del metal que simboliza el poder, sino que es de tela como la estola o la casulla, que simbolizan poderes espirituales.

Muchas veces se habla de la mitra como de una corona, pero no tiene forma de corona. Por ello, se debe entender no como corona sino como un ornamento litúrgico más. Sin embargo, y a pesar de esto último, no es incorrecto decir que la mitra es, desde un punto de vista simbólico, una corona espiritual.

Tiene dos partes, que simbolizan la ciencia de los dos testamentos[11], el Nuevo reflejado en la zona delantera y el Antiguo en la punta trasera[12]. Si cada una de las dos partes de la mitra, está a su vez dividida en otras dos, con una banda central, las cuatro partes simbolizan la ciencia de los cuatro evangelios.

Las ínfulas de la mitra, muy a menudo, también tienen flecos en sus extremos, para simbolizar que hay almas que dependen de ese poder episcopal. Flecos, de forma muy adecuada, penden tradicionalmente del cíngulo, de la estola y de las ínfulas. Esto es, las almas que dependen del ascetismo, del poder sacerdotal y del poder episcopal.

Probablemente, las ínfulas nacieron del cordelito que servía para ceñir el gorro primitivo a la cabeza. Sus dos cabos caían por detrás, sobre la espalda[13]. En la Antigua Roma, la ínfula, era una "venda" o "banda" de lana blanca que rodeaba la cabeza, de la que colgaban dos cintas. La utilizaban los sacerdotes, las vestales o las víctimas sacrificales animales, confiriéndoles a los portadores cierta inviolabilidad en tanto que estaban consagrados a una divinidad[14].

3. La casulla

            La casulla es, sin lugar a dudas, la prenda ornamental más característica del obispo y el presbítero, y se lleva por encima del alba. Deriva de la paenula o manto de invierno o de viaje, que a partir de los siglos I y II se convirtió en un vestido de calle que sustituyó a la toga. Es una vestidura sin mangas, cónica y holgada que llega a las rodillas, con una apertura en el centro para pasar la cabeza[15]. Las primeras casullas tenían esa misma forma: manto circular con un agujero en la parte superior para introducir la cabeza, larga hasta los pies y solía confeccionarse con varios trozos de tela, por lo que presentaba costuras en la zona del pecho y la espalda. Estas costuras se decoraron para disimularlas y ocultarlas. Para ello se usó una franja de color que dio paso a la cenefa[16].



NOTAS
[1] ÁGREDA PINO, Ana María: “Indumentaria religiosa”, en Emblemata, 17, 2011, pp. 107-108.
[2] Ibídem. p. 110.
[3] ALDAZÁBAL, José: Gestos y símbolos. Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2003. p. 163.
[4] Ibídem. p. 163.
[5] Ibíd. p. 163.
[6] Ibid. p. 163.
[7] ÁGREDA PINO, Ana María: “Indumentaria…”, Op. Cit. p. 114.
[8] FLORISTÁN, Casiano: Diccionario abreviado de liturgia. Editorial Verbo Divino, España, 2001. pp. 20-21.
[9] FORTEA, J.A.: La Vestición del Obispo. Editorial Dos Latidos, Zaragoza, 2012. p. 19.
[10] RIVERO, P. Antonio: “El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos”. En www.catholic.net. (Consultado 20/11/2014).
[11] FORTEA, J.A.: La Vestición…, Op. Cit. p. 15.
[12] ÁGREDA PINO, Ana María: “Indumentaria…”, Op. Cit. p. 119.
[13] FORTEA, J.A.: La Vestición…, Op. Cit. p. 15.
[14] VV.AA.: Le Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines de Daremberg et Saglio. En http://dagr.univ-tlse2.fr/sdx/dagr/feuilleter.xsp?tome=3&partie=1&numPage=519&nomEntree=INFULA&vue=image (Consultado el 12/12/2017).
[15] FLORISTÁN, Casiano: Diccionario abreviado…, Op. Cit. p. 75.
[16] ÁGREDA PINO, Ana María: “Indumentaria…”, Op. Cit. p. 117.

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